Tengo un quiste. Un pequeño quiste de dos años que se llama Sara. Que me sigue a todas partes e imita todos mis movimientos. Me resulta difícil mantenerla entretenida con algo que no sea derramar agua en el suelo del salón o destripar sin piedad una caja de toallitas o pañuelos.
¡Si ni siquiera le gustan los dibujos animados! Un día, al borde de la desesperación, recordé que mi hermana le pone a su prole dibujitos para cenar, mejor dicho, para que cenen, con la condición de que sean en inglés y decidí probar. En YouTube empecé a encontrar cancioncillas infantiles (en inglés) y MILAGRO! le gustaban, y las aplaudía.