Hicimos la base con un pedazo de una caja de galletas que fueron cortando ligeramente por dos bordes para enganchar los hilos (sin medir, sin contar, sin igualar... bueno, algo saldrá). Empezamos a colocar el primer color de forma que las hebras quedaran paralelas. Para que fuera más fácil le dimos la vuelta directamente por detrás...
Una vez colocado el primer hilo empieza lo difícil: el segundo color. Con la aguja se va pasando la hebra nueva entre las primeras, una vez por encima y otra por debajo. Parece muy fácil pero las nenas necesitaron algo de ayuda de manos expertas en costuras para comenzar a rodar (las de mi hermana, claro) y alguna, quizás demasiado pequeña, tuvo algunos problemillas más...
Cortamos por detrás y anudamos... parece una pequeña alfombra mágica...
Por ahí andan, entre los juguetes de la casa, la última vez que los vi servían como silla de montar de un unicornio o una mantita para muñecas resfriadas.
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